11/3/08

Una mirada melancólica para empezar

Sólo registro una derrota - Jorge Göttling

Escrupulosamente, como si fuera un rito o una fobia, eludo pasar por Avenida La Plata a la altura de mis recuerdos. Opto por un rodeo, hay un desdén interior por la nueva estética del barrio. Hay en mi corazón una foto sepia del Gasómetro, una instantánea referencia a mi niñez. Con la misma candidez de entonces, pretendo tercamente preservar aquella vieja imagen, las primeras miradas a la cancha de tablones estriados, con el mismo asombro y el mismo sobrecogimiento que provoca depositar la mirada sobre un lugar religioso o una reliquia.

Intuyo que, por las noches, cuando no hay bullicio de banco o de mercado, algunos oídos recogen los gritos de auxilio que da el silencio. Pero, para eso, hay que tener un corazón chapado a la antigua, de color azulgrana.

A veces, merodeo por Boedo, barrio que no me pertenece pero por el que guardo una fidelidad que se parece a un sentimiento. Todavía se parece a una isla, ajena a la ciudad vulgarizada, profanada por constructores desalmados. Conserva viejas costumbres extintas, códigos para ser solo descifrados por una particular criptografía. Cortadas que fueron contadas por los tangos, aromas de la vieja Buenos Aires, arboledas mansas, conocidas sombras, pregones que aun retumban. Pero falta el Gasómetro.

Las fotos antiguas nos permiten un conocimiento parecido a la adivinación. Hubo un club erigido a punta de amor y coraje. Hubo vida épica arriba de los tablones y, también, se edificaron formas societarias de relación debajo de los tablones. San Lorenzo fue un sentimiento y, ya se sabe, cuando se habla de sentimiento es que alguien se ha puesto sentimental.

Pasaron 25 años desde aquella tontería de la historia, una medida calendaria que nos excede. Memoria y balance de lances deportivos, de batallas sin muertos y sin tristezas, de torneos, victorias, empates, campeonatos. En los severos recintos de la memoria, sólo registro una derrota: la del cruel desalojo de ese Gasómetro, que está incorporado, ya, a la galería de nuestros más caros recuerdos.

http://www.clarin.com/diario/2004/12/02/deportes/d-06204.htm

1 comentario:

Anónimo dijo...

hermano cuervo tengo 37 años y tio y un vecino de mi barrio de soltero,san justo,mdel gasometro tengo vagos recuerdos junto a mi viejo,mie acuerdo verlo enorme con mis ojos de pibe en los hombros de mi viejo y jorobando para que me compren cualquier cosa que pasaban pregonando,los tablones,como se movian,me costaba subirlos y cantar por fonetica por que no entendia lo que decian y la alegria de los que me rodeaban y s abrazaban unos a otros sin siquiera conoserce como suelo hacerlo ahora yo con mi pibe y ocasionales vecinos de tribuna,en fin solo queria comentarte esto por que en realidad mis recuerdos mas vigentes son los del ascenso del 82 pero leyendo estas lineas y las del gordo siento que se me estruja el alma y se me haceun nudo en la garganta y me pregunto por que siempre nos cuesta tanto! Pancho de Caballito