14/3/08
¿Nada que ver?
De raje para el habitual desayuno de los viernes en el Pugliese (Boedo y Carlos Calvo, por si Ud. nació en Venus), observamos la foto que ilustra este envío, publicada en la víspera por el matutino Olé, no sin sonrojarnos. Aclaraciones preliminares: a) los aquí firmantes tenemos una reconocida simpatía por el cavallino, heredada de la sangre peninsular; b) ¿qué mortal de 35-50 años no tuvo sus 15 minutos de culto hacia los pintarrajeados (hoy gente provecta, que ya podría largar el rimmel)?
La reflexión camina por esta senda: el finlandés era un muchacho de perfil más bien bajo, hasta que en la kermesse de fin de año manoteó el título que el desteñido Hamilton y el galleguito que dio el mal paso se empeñaron en resignar. Ahora, con la impunidad de los Campeones, posa con Kiss "alla Diegote de Fiorito".
Un pensamiento, para desarrollar en futuros envíos: si este farabute hubiera nacido en Santa María de los Buenos Aires, ¿de qué cuadro sería? Las eventuales respuestas no tienen -necesariamente- que alegrarnos.
La seguimos.
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