25/3/08

Champán y cacerolas

Apenas ayer, con motivo del infausto aniversario de la dictadura, nos animábamos a trazar un pequeño paralelo -habitual combatiente contra el ocio de esta muchachada- entre San Lorenzo y la Argentina. Sin reparar siquiera en nuestra existencia, ambas entidades nos siguen dando tela para cortar. Volvíamos felices, disimulando nuestras preocupaciones por la falta de fútbol del equipo, pero celebrando la módica victoria ante los pobres bolitas, cuando nos sorprendió el cacerolazo ¿opositor? ¿ruralista? ¿? (estos últimos signos de pregunta los obsequiamos, para que el consumidor los rellene a piacere.

Cada día se entiende menos: a alguna gente de San Lorenzo que se exorbita en la celebración, como si el superado fuera el Milan de los '90, cuando sólo le ganamos 1 a 0, de a ratos pidiendo la hora, y con un penal que preferimos no revisar, a unos bienintencionados obreros del Altiplano, que hilvanaron su cuarta derrota en otros tantos papelones y que orillan el descenso en su deslucida liga local. Tampoco se comprende demasiado a la turba enardecida, que pide la cabeza (o lo que no sea botox que haya en ella) de la buena de Cristina, ayer tan cuarenta y pico por ciento, tan verano repleto en Argentina y en Ezeiza, tan próspera que la gente se asesina en las rutas de un fin de semana largo.

Está bien festejar. Claro. Y también es lógico conservar la mirada crítica. Ahora: ¿es inexorable que todo aparezca tan apiñado, tan exento de discernimiento? Creemos que no. Que no es saludable. Que nos complica la vida. Que nos hace esto tan querible, pero tan carente de sustento, con tan exiguas probabilidades de éxito planificado y duradero. O que nos brinda esa suerte de síntesis tragicómica, en un par de muchachones que se acercaron al "cacerolito" (los aumentativos preferimos reservarlos para cuando ameriten) de San Juan y Boedo, y se perdieron en una esquina entonando "Dale San Loreee, queremos la Copa".

Como nosotros tampoco andamos del todo bien del melón, les regalamos el video del gol, para seguir agregando ingredientes a la eterna ensalada nacional. Pero también para bajar un cambio, e irse a tomar el café del estribo con -al menos- una pizca de voluntad de reflexión.

A domani.

Video - Gol González - San Lorenzo 1 vs. Real Potosí 0

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