
La fábula viene a cuento de nuestra "herejía" nocturna, por la cual indicamos que el evento de ayer no nos había resultado el mejor. Hemos escuchado y leído una cantidad importantísima de opiniones favorables y algunas menos que compartían algunas de nuestras críticas o exponían otras. Para dejar absolutamente claro el conflicto que -a nuestro juicio- envuelve a la sociedad sanlorencista, el martes por la mañana se produjo el siguiente diálogo entre uno de los redactores y su cónyuge: "- No sabés qué emotiva fue la caravana de anoche (por el 31/3 a las 24 hs.)", "- Yo no puedo creer que quince mil tarados se junten enfrente de un supermercado", respondió impertérrita la perversa en cuestión. La frase anterior nos hiere gratuitamente. Sin el adjetivo, era perfectamente admisible: nosotros vamos; la mina, no. Ella no nos entiende; nosotros felices.
Del mismo modo, ayer alguien dijo que nuestro comentario suavemente crítico (hemos escuchado opiniones mucho más contundentes, cuasi malintencionadas, diría Cristina) nos asimilaba a la condición de "quemeros". ¿Hace falta? Pareciera que no, que alcanzaba con decir "para mí la fiesta estuvo bárbara" o aún "lamento que no hayas podido compartir la emoción que nos produjo a los demás".
Es importante dejar aclarado que este texto no es una defensa de nuestras opiniones. Menos aún, frente a quien se hubo tomado el trabajo de leer las sensaciones allí volcadas. Pero pareciera que este nivel de virulencia al opinar es menos un problema formal y mucho más una cuestión de fondo: no es casual que en San Lorenzo exista tanta gente inteligente, creativa y bienintencionada, y que el producto sea un Club que nos propina más preocupaciones que alegrías. Nos empeñamos en dividirnos más rápido que en compartir o coincidir, aún cuando la afinidad supere al circunstancial disenso.
Ojalá que el clima festivo mejore estas sensaciones, que podamos escucharnos más y combatirnos menos. Para crecer, si se puede.
1 comentario:
Acabo de comentar en tu otro post y es verdad lo que decis. No comparto en algunas cosas tu opinion pero de eso se trata: de opinar. Las opiniones estan para compartirlas o no, para debatirlas y contraponerlas con nuestra opinion disidente, no para denostarla y agredirla. Si no existieran las opiniones entonces no habria sensaciones, no habria razonamientos y el mundo seria un gran cubo y la vida no tendria sentido. Bueno, me fui muy lejos, yo creo que lo importante y tratar de nutrirnos de las opiniones de todos y construir, tirar para adelante, seguir los postulados de la gente que fundo y transformo en gigante a un club de barrio para volver a ser lo que eramos. Un abrazo y no te amargues por los intolerantes.
Publicar un comentario