16/4/08

Que nos quiten lo bailado


Lo bueno es que dijimos todo antes: que queríamos ganar, que no íbamos a ponernos quisquillosos respecto de los modales, que era importante meter un gol rápido. Si hasta a Bergessio anotamos como el candidato a scorer. Modestamente.

Venimos relativamente derechos: desde que abrimos este boliche, el Ciclón jugó ocho y ganó siete, pasó de punto a banca en el Clausura y clasificó a la Copa, cuando ya había algunas coronas encargadas para el previsible velatorio.

Y, sin jugar conforme los paladares exigentes, se ha convertido en un equipo sólido, en un plantel funcional y un adversario que ya no les cae tan simpático a los rivales. Condiciones ideales para imaginar algún avance mayor en la Libertadores. Hay que esperar una tómbola que no para de girar, que hoy trajo la derrota por goleada del Cruzeiro y ahora arrima la victoria parcial del Cúcuta (el cuco, valga la chanza) en Brasil. No es momento de añorar empates no obtenidos ni goles desperdiciados. Es la oportunidad de afirmar la fortaleza de local, y jugar las eventuales revanchas con los nervios ajenos.

Pero eso será mañana. Ahora, los nervios reclaman el suspendido almuerzo y algún tinto que, sin mayores pretensiones, nos deje cerrar los ojos con la satisfacción del deber cumplido.

No hay comentarios: