Lo que no resiste quince segundos de reflexión es la afirmación de que el equipo que se impuso 5 a 1 no haya hecho méritos para ganar. Independientemente de que el derrotado haya sido el subcampeón del torneo anterior, o que ningún equipo grande haya ganado en Victoria, datos que engrandecen el triunfo, se ataca la esencia misma del deporte en cuestión: convertir goles no sólo es una parte importante del juego, sino que es la única forma conocida hasta la fecha para dirimir el resultado de un encuentro. El equipo que tuvo la capacidad de clavar cinco pepas y el esfuerzo para evitar que le convirtieran más de una, es el incuestionable vencedor, por perogrullesco que ello suene.
En definitiva, que revienten. Pero convengamos que es bastante indignante tener que "defenderse", cuando deberíamos estar abocados exclusivamente al festejo. En compensación, van los goles de la "inmerecida" goleada.
Video - Resumen del partido - Tigre 1 vs. San Lorenzo 5
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