... el laburo de la jornada matutina, es el momento de reeditar en público la alegría que tuvimos ayer por la noche, volviendo del funesto estadio platense, donde tantas otras noches habíamos claudicado, con más o menos merecimientos.
Es muy difícil mantener la templanza con el equipo primero en el Campeonato y buenas chances de avanzar en la Copa. Pero, después de cada victoria tan esforzada como la de anoche, hemos sugerido la prudencia del caso. Para no creer que estamos ante la reencarnación del Santos de los '70, para entender que cada nueva etapa requiere de humildad, convicción y actitud. El Loco Bielsa, personaje simpático a alguno de nosotros, solía advertir respecto de las complicaciones que ofrece el éxito a la hora de edificar una planificación sostenida. En apretada síntesis, la idea es que si llegamos al jueves convencidos de que el trámite está liquidado, las chances de una frustración crecen. Lo que no significa, ni mucho menos, achicarse ante la parada. Hay que tener claro que se ganó una catarata de partidos, aún con rendimientos discontinuos, y que eso lo logran los equipos con perfil de Campeón. Pero no dormirse ni un instante, defender con fiereza cuando toque y atacar con precisión de francotirador de serie yanqui.
Por lo pronto, anoche se sorteó esa crónica dificultad azulgrana para ganar cuando todo aparece "servido" para la ocasión, ante la derrota de pinchas y gallinas y la chance cierta de llegar a la punta. De hecho, cuando terminó el primer tiempo, independientemente de la obscena injusticia del penal en contra, flotaba la sensación de que otra vez nos quedábamos en el umbral. Es importante derribar estas vallas, para adentro y para afuera, para que también los demás adviertan que San Lorenzo va en serio y que "hay que cuidarse" en los partidos contra el Ciclón.
Pero, volviendo al origen de estas líneas, hoy el sol parece más intenso y la semana ofrece menos temores, ante una instancia tan brava como la que llega en 79 horitas. Párrafo aparte para uno de los predilectos de esta barra: cuando se comió el gol tras eludir al arquero, las puteadas y pedidos de retiro estaban a la orden del día. Con la gratitud de siempre, los aquí presentes guardamos un respetuoso silencio, sabiendo que el Bernie tiene un crédito demasiado grande. Y garpó, como un duque.
Por último, un pequeñísimo autobombo: 7/10 en la formación intentada el jueves, cuando todas las especulaciones eran válidas. Nada mal, por cierto.
5/5/08
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